Es enormemente perverso, el tufo asqueroso a xenofobia y supremacismo de los independentistas éstos… De forma torticera, sibilina y mendaz, han abducido con odio y propaganda barata a una buena parte de la sociedad catalana, y también a un preocupante número de confundidos e indignados españoles de bien; zurdos éstos de alto espíritu e ideologías, pero anquilosados y flojos de ideas…
A todos éstos, los ha confundido el independentismo en la idea, deificada, e indeleblemente impresa en la psique por un adoctrinamiento implacable, de que la democracia se fundamenta ‘únicamente’ en la decisión de los votos…
El acto en sí de votar, se torna en oráculo sagrado, revelador… Es por ello el voto, de forma indefectible, omnipotente frente a cualquier argumento que matice, esclarezca, o acaso contradiga, su concepto de valedor final de la democracia, de ‘lo democrático’.
Ésa, es su distópica y excluyente idea de la libertad, de la democracia…
Según ese mantra torpemente admitido, de que ‘todo consiste en votar porque el voto de las mayorías todo lo avala’, cualquier decisión o cualquier concepto -el derecho a decidir o la segregación racial; el genocidio de judíos o el aborto- puede así, ser avalado y beatificado por el voto de las mayorías…
No aceptan el hecho, en sí paradójico, de que para poder ejercer ‘cualquiera’ de las formas de expresar nuestra libertad -de las que el voto es solo un ejemplo- es necesario, que aquella, esté limitada, amparada, regulada y por ello asegurada, mediante una Ley, es decir: mediante la LA LEY.
Los acuerdos de ayer no les valen a estos independentistas cuando ‘parece’ que ya no les convienen… Por lo que lucharon sus abuelos, y luego perdonaron y firmaron sus padres, no tiene para ellos, llegado el momento, valor alguno; lo olvidan de forma lerda e insensible…
Los pretéritos compromisos solemnes adquiridos por sus antecesores, dejan de tener vigencia si suponen un menoscabo de cualquiera de las múltiples ambiciones de la clase política y sus intereses… La traición reclama así su sitio infame entre las opciones posibles, del complejo y artero arte de la política…
La verdadera memoria, la verdadera historia, les ha sido vedada… Ambas, memoria e historia, han sido torcidas y cercenadas por el independentismo, en aras de la vieja y paranoica idea – hoy entre ellos imperante- de que manipular y esconder el pasado, equivale a algo así como a ‘resetearlo’. Estos traidores pretenden ‘borrar a su favor’ la moral, el honor, los méritos o la ausencia de ellos, y como no, la responsabilidad y la culpa, de los acontecimientos de su presente revanchista y paranoico.
Que los árboles,
no nos impidan ver el bosque…
Antonio rodríguez Miravete
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