Atrapados en aquella trinchera, se movió, inclinándose y estirándose solo un poco para pasarme la cantimplora; y después de beber, estaba hablándole cuando el disparo le reventó la cabeza justo a solo dos o tres palmos de distancia de la mía.
Produjo el proyectil un ruido de impacto diría que como blando, sordo, como mocoso o líquido, al chocar con el hueso y la carne humana. Un sonido realmente inolvidable. Lo vi morirse mientras chorreaba sesos… Parte de su lado derecho estalló, y el resto de su cara permaneció como un segundo todavía viva, mirándome como sorprendido, mientras se moría en ese mismo instante conmigo al lado.
Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.
Muy buen relato, todavía me estoy limpiando los sesos que me salpicó…
Abrazo!
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Es un honor el que te guste 🙏
Gracias por tus comentarios 🤗
🤜🤛
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